Esta
fiesta se desarrollaba en el pinar existente en la margen derecha del Arroyo de
Las Huesas, de ahí que se le denominara “EL PINATAR” y acudía la mayor parte de
la gente que habitaba en el Poblado.
Cada
familia llevaba sus viandas que compartían con los demás y entre ellas cabe
destacar el típico hornazo con el huevo duro.
Una
vez en el campo, se hacían columpios y juegos infantiles para la diversión de
la chiquillería.
Esta
fiesta se dejó de hacer en señal de luto por el fallecimiento de una de las
personas organizadoras y nunca más se volvió a realizar.
Nuestra
asociación, con el fin de rescatar la memoria histórica de nuestro Poblado, la
vuelve a organizar esperando que la disfrutemos durante muchos años más.